21 de abril de 2016

¿Cómo aplicar el Método Montessori en el dormitorio de tu hijo?

¿Escucharon hablar del «método Montessori»?
Resumidamente, es un sistema educativo enfocado desde el punto de vista del niño buscando satisfacer sus necesidades y no las del adulto. El entorno se adapta al nivel de desarrollo del pequeño,creando espacios que permitan libertad de movimiento desde que son bebés y, de este modo, potenciar su desarrollo integral tanto a nivel físico como cognitivo.
Estamos muy acostumbrados a ver habitaciones de bebés dirigidas al adulto y, sin embargo, poco adaptadas a las verdaderas necesidades de los niños.
Éstas son algunas de las claves para organizar una habitación infantil inspirada en Montessori.

1. EL ESPACIO
En líneas generales, el espacio no ha de estar muy recargado ni se deben elegir colores demasiado intensos, sino más bien tonos claros o neutros. Lo ideal es una decoración sencilla, amplia y ordenada, de modo que la estancia respire armonía y transmita calma, y donde el niño tenga espacio para desplazarse libremente.

2. TODO A SU ALCANCE
Éste es otro de los puntos clave de Montessori. Todo ha de estar a la altura del bebé, de forma que cualquier elemento le sea accesible. De esta forma, se fomenta la libertad de movimiento y el pequeño puede explorar y experimentar su propia independencia.

3. LA CAMA
Nada de cunas con barrotes. Partiendo de la base de que todo ha de estar a su alcance, lo mejor es que la cama esté al nivel del suelo y así el bebé, desde que empieza a gatear, puede moverse libremente sin necesitar la ayuda de un adulto para desplazarse.

4. EL ESPEJO
Un elemento más a tener en cuenta y, probablemente, poco habitual en un dormitorio de bebé. Al igual que el resto del mobiliario, ha de colocarse al nivel del niño para que éste pueda observarse y descubrir su propio reflejo.

5. LOS MATERIALES
Lo ideal es que los juguetes y demás objetos sean de materiales naturales. No es necesario sobreestimularles con juguetes de plástico que tengan millones de luces y sonidos, sino precisamente al revés. Es difícil que consigamos percibir el mismo tacto, el peso o el cuidado que merece un juguete de madera o de tela, por ejemplo, que uno de plástico. Además, como os comentaba en el post sobre la importancia de fomentar imaginación, los juguetes demasiado elaborados limitan la misma.

6. CADA COSA EN SU SITIO
Otra de las cosas que me gustan de Montessori, es el respeto por el orden. Cada cosa tiene un lugar y esto ayuda al niño a ubicarse y a tener puntos de referencia, por eso no conviene demasiado mover los muebles de sitio, pues el hecho de encontrar y devolver sus cosas siempre al mismo lugar les transmite estabilidad.

7. LÁMINAS E ILUSTRACIONES
Es común encontrar láminas o ilustraciones en los espacios Montessori. Estimulan la observación de los pequeños y además embellecen el espacio.

A mí, personalmente, estos ambientes me transmite bastante armonía y tranquilidad... Les dejo algunos ejempos.







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